jueves, 24 de febrero de 2011

Martín, vuelve con nosotros III

Todo mi personaje se ha desmontado. Caída libre. Mi vida no mola absolutamente nada. Me arrepiento de todas las paridas y el teatro, las cagadas, los hijos que nunca he tenido, la locura, el silencio.

Lo veo en sus ojos. El amor por mis horrores y mis carencias.Erguido en el centro de la habitación hay un demonio de piel negra y viscosa. Me giro hacia el señor Antonio que no parece sentir absolutamente nada.
- Bueno. Aquí está. Espero que puedas aclararlo todo. Oigo ladridos en el pasillo.
-!Tinto!, grita autoritario el hombre sin alma. Y sale cerrando la puerta. Oigo la llave girar. Mi estómago se cierra con tanta fuerza que tengo ganas de vomitar, de caer de rodillas, de abrazarme.
- !Por favor! Nunca antes había suplicado. Estaba a salvo. Sin saberlo siempre había estado a salvo.
Sus ojos giran lentamente hasta posarse sobre los míos mientras su cuerpo permanece inmóvil. Que no lo diga. Por favor. Que no lo diga.
- No eres el hombre que quieres ser. Su voz es la misma convicción. Hijo de puta. Cabrón inhumano. Odio este juego,pero lo he jugado tantas veces que una más no puede hacerme daño. Es solo un broker del mal. Un comercial de la miseria. Poca cosa.
- Estoy en el camino, bestia asquerosa. En el camino.

Vuelve a fijar la mirada al frente. El primer asalto ha concluido. El olor a vino y azufre es insportable. Saco mi pastilla de almizcle y recuerdo,cosmonauta inspirado. De lo general iremos a lo concreto, lo sé. Segundo asalto.

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