Siempre que fantaseo con quién podría ser yo  si no fuera un completo animal , una repugnante locomatora que destila ansiedad , extrema compasión , y miedo, mucho miedo , pienso en mi hermano. Con su pelo liso y brillante y siempre alborotado , sus posturas extrañas, agradables de observar , como cuando se queda apoyado en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos , con su perfecta fluidez a la hora de tomar elecciones :  qué estudiar , con quién relacionarse , cómo llevarse con nuestros padres... Mi sistema moral se basa en una incompresible mezcla de orgullo , culpa e idealismo.  No sé de dónde ha salido. No sé a dónde me lleva. 
Quiero a mi hermano con un amor desmedido , antropófago.  Necesito tocarlo , morderlo , cogerlo de la mano mientras andamos. Pero no podemos hablar de lo que hacemos en la vida. Alguna anécdota , siempre poco significativa , pero nada más.  Nuestras conciencias luchan por todas partes , ensangrentadas, fatigadas y frágiles. Cuando nos encontramos solo quedan las ascuas de una profunda intensidad , pero ni una palabra.  Así nos conducimos , mi hermano y yo , en nuestro amor .Y duele. 
El cielo es blanco. ¿El cielo es blanco y con una bombilla ?¿ Dios es un mono que ríe ? 
- Martín. Es hora de irse - dice el bueno de Doc. Me incorporo y miro su obra de arte. Ahora mi dedo es una reluciente pieza de cerámica de Talavera rosa , con una cruz amarilla y azul atravesándola longitudinalmente. Excesivo.Perfecto. 
-Doc , no pienso pagarte esta fantasía perversa.
-Oh , ya me siento debidamente recompensado.  Por cierto en el suelo hay alguien a quien quizá te interese conocer.  Reconocí esa mirada de Doc , igual que el día en que le conocí.